• El campo de batalla es la mente del consumidor: La estrategia no se trata solo del producto físico, sino de cómo se posiciona en la mente del consumidor en relación con la competencia.
  • La superioridad de la defensa: Es más fácil mantener a un cliente que arrebatárselo a la competencia.
  • La necesidad de un «arco» (ventaja tecnológica o de posicionamiento): Para derrotar a un competidor superior, se necesita un arma, una ventaja distintiva que nivele el campo de juego. 
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